Cotec concibe la innovación tecnológica como valor cultural y como norma de conducta empresarial, ¿qué pasos debe dar el tejido productivo español para llegar a compartir esa filosofía?

Desde el punto de vista empresarial, la consecuencia más visible de la globalización es la desaparición de los mercados locales. Todos ellos forman parte de un único mercado global, en el que hay que colocar la oferta. La innovación es el camino más seguro para triunfar en este único mercado, por lo que todas las empresas, no sólo las españolas, tienen que adaptarse a esta realidad. Si no lo hacen desaparecerán.

¿Existe innovación sin inversión en tecnología?

Innovar es utilizar el conocimiento, cualquier tipo de conocimiento, para conseguir una oferta que tenga éxito en el único mercado. Hay innovaciones, muchas, que se basan en conocimientos de las ciencias humanas o socioeconómicas, las llamamos innovaciones organizativas o comerciales, y también “no tecnológicas”, para diferenciarlas de las que utilizan conocimientos de las ciencias exactas o naturales.

Dicho esto, hay que reconocer que una excelente definición de tecnología es la que dice que es “toda técnica (forma de hacer cosas útiles, según la RAE) que ha sido entendida, mejorada o creada gracias al conocimiento”. Si esto es así, toda innovación sería tecnológica y habría que haber invertido en la adquisición o en la creación de conocimiento. Pero volviendo a lo que entiendo que es el sentido de su pregunta, no es necesario comprar equipos ni montar laboratorios para innovar.

¿Qué puede aportar la innovación a las pymes?

Crear mejores productos o servicios, mejorar los actuales y conseguir procesos más eficientes en la empresa, sea grande o pequeña. Peter Drucker decía que nunca había conocido un buen empresario que no fuera innovador. Innovar no es una cuestión de tamaño.

¿Cómo puede convertirse una buena idea en un buen negocio?

En primer lugar, con suerte y luego, innovando. Innovar es precisamente esto, llevar al mercado con éxito una idea. Afortunadamente, hoy sabemos ya mucho tanto sobre la forma de gestionar la innovación como la manera en que una empresa puede aumentar su potencial en este campo.

¿Qué etapas debe superar una empresa para innovar en productos y servicios?

En toda empresa innovadora concurren las tres condiciones siguientes. En primer lugar, ha optado por la innovación como camino para seguir existiendo. Su cultura, su estrategia y su planificación asumen esta necesidad. En segundo lugar, ha decidido que la innovación es una más de sus “operaciones empresariales”, y por eso está dispuesta a dedicarle recursos de todo tipo. Y, finalmente, la empresa innovadora está continuamente valorizando los resultados de sus innovaciones. Es decir, observa el resultado de estos esfuerzos y comprueba que en su conjunto, el resultado es positivo, aunque con frecuencia haya frustraciones. Sin esta continua evaluación global de la actividad innovadora es muy posible que los eventuales fracasos frenen la voluntad de innovar.

¿Cuáles son las claves para detectar una oportunidad innovadora?

Hay infinidad de manuales que ofrecen detalladas listas para guiar la búsqueda de oportunidades. Seguramente no hay auténticas claves, porque si las hubiera todas las empresas triunfarían en la innovación. Los clásicos recomiendan observar el entorno, especialmente a los competidores, y analizar los cambios que se vayan produciendo. Cambios en las costumbres, en la demografía, en la tecnología accesible,…. Ahora bien, es necesario tener muy presente que las innovaciones que triunfan son las que atienden a necesidades de la persona, especialmente aquellas que todavía no son claramente percibidas. Sin una necesidad actual o latente, no cabe una innovación.

Cotec organiza sesiones con jóvenes emprendedores y representantes del mundo académico y empresarial, ¿cuál es el objetivo de estas reuniones? ¿qué tipo de ayudas buscan los emprendedores que asisten a ellas?

Cotec es, ante todo, un think-tank non profit. Nuestra continua preocupación es elaborar ideas que puedan ser útiles para los que quieren innovar. Nuestras reuniones tienen siempre este fin. Lo que puede encontrar cualquier asistente son ideas y nuevos puntos de vista, que entiendo que son consideradas de valor, porque la asistencia siempre es numerosa.

Desde la Fundación apuestan por una Europa reindustrializada basada en la capacitación tecnológica y la innovación, ¿por qué cree que se debe sentar sobre estos dos pilares?

La importancia de la innovación está ya analizada. La reindustrialización, que sin duda precisa innovación, merece un nuevo comentario. La industria es una actividad de alto valor añadido que ha sido el origen en todo el mundo de la clase media, el sostén de nuestra civilización. Exige personal formado, que debe ser bien remunerado, demanda servicios de calidad, exigentes en preparación de las personas y ofrece los productos que hacen más cómoda nuestra vida.

En su momento se pensó que era posible deslocalizar las fases más repetitivas de la actividad manufacturera y retener las más creativas, como por ejemplo la I+D o el marketing. A los pocos años de iniciada la bien conocida deslocalización industrial, hay sobrada evidencia empírica de que sin una manufactura cercana, los países pierden su capacidad de desarrollar sus actividades creativas y, lo que es más grave, en la nueva localización florece inmediatamente esta capacidad, con lo que el país desindustrializado pierde clase media y de forma rápida su sociedad se “bipolariza”. Una parte importante de sus personas se ven obligadas a ocuparse de trabajos de bajo valor añadido y unos pocos progresan gracias a actividades financieras o de gestión logística. El mundo ha entrado en una fase de reindustrialización más por razones sociales que económicas.

¿Cuáles son los sectores que tienen una mayor capacidad de crecimiento basado en la innovación?

Por simple lógica, los que más dependen del conocimiento, y todos sabemos cuáles son. Pero esto no quiere decir que los sectores más tradicionales no puedan basarse en los avances de todo tipo para ofrecer más prestaciones en su oferta o más eficiencia en sus procesos. Es más, las empresas que los aprovechen e innoven destacarán muy fácilmente en su entorno y tendrán indudables ventajas competitivas.

¿Cree que se destinan suficientes recursos, tanto públicos como privados, para fomentar la innovación en el tejido empresarial?

En este mundo globalizado los patrones a imitar son muy fácilmente identificables. Sabemos bien que nuestros indicadores, tanto de input como de output, destacan por sus bajos valores. Es verdad que en la pasada etapa de bonanza económica han mejorado considerablemente. Pero nuestro esfuerzo público en actividades de I+D en 2012, en términos de porcentaje de PIB, fue sólo el 70 % del de Alemania y el 90 % de la media de la UE-27. Mucho más lejos ha quedado nuestro esfuerzo privado, que es sólo el 36 % del de Alemania y el 57 % del de la media europea de los 27 países.